Sólo es necesario:
- 1 litro de agua
- 1 limón grande (mejor de los de piel gorda)
- azcar
Y nos ponemos a ello:
- Dejar unas 2 horas a remojo en el agua la corteza rallada del limón (no rallar más que la piel amarilla)
- Añadir el zumo del medio limón y azúcar al gusto. Debe quedar más bien dulce porque al helarse pierde dulzor.
- Bien disuelto el azúcar, poner en un recipiente de acero o aluminio en el congelador e ir rascando las paredes con una cuchara a medida que se congelen. Vamos mezclando los cristales con el líquido hasta que adquiera la textura del granizado. Si no se va a tomar todavía, remover de vez en cuando para que no se forme un bloque.